Comentario al libro VI de la República
Por: Cesar Ortíz
El libro sexto de la república
nos habla principalmente de los filósofos, los cuales dice Platón que poseen
elementos divinos. En primer momento nos muestra como es el espíritu filosófico
y como se distingue un filósofo, dice: es el que ama la ciencia que llena al
conocimiento de lo inmutable, tiene horror a la mentira, ama la veracidad,
tiene gusto por los placeres puros que pertenecen al alma, no le teme a la
muerte, no realiza comercio con la filosofía, tiene facilidad para aprender y
es amigo de la mesura. Y para distinguir un sabio, dice que es aquel que ama la
verdad, tiene fuerza, grandeza de alma, facilidad de aprender y debe tener
buena memoria. La virtud de los filósofos es sometida a pruebas, sino es
sometida, no hay alma verdaderamente virtuosa.
Por estas exigencias son pocos
los filósofos (son pocos los que escapan a la natural corrupción de la cual el
hombre está atado), pues los hombres están segados de sus bienes que son; la
belleza, las riquezas, la fuerza corporal y las grandes alianzas. También se
presenta el caso en el que las almas mejor nacidas se truncan en lugares que
tienen mala educación y no las dejan realizarse. Un ejemplo análogo seria, al
ver a una persona que trabaja en algo que le gusta hacer, su productividad será
ascendente, productivo, en cambio, una persona que se encuentra frustrada en su
trabajo por la situación social en la que se encuentra y que le obliga a
realizar eso, tendrá cierta productividad, pero será más difícil llegar a la
plenitud.

Aporía de la línea: tiene cuatro operaciones del alma a saber; la
conjetura, la fe, la razón y la inteligencia, que se van a llevar a cabo de
esta manera:
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