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jueves, 21 de marzo de 2013

La repúbica I de Platón

Comentario del libro La República I de Platón
Por: Marissa Belmonte
 
 
El diálogo comienza haciendo recuerdo de una plática entre Sócrates y Glaucón en el Pireo, luego de asistir a una de las fiestas de la ciudad. En el lugar se encuentran con Polemarco, quien estaba acompañado por Adimanto, Nicerato y  otros más que también regresaban de la fiesta. Sócrates es invitado por Polemarco para deleitase con las  pláticas del gran filósofo. En la casa de Céfalo, se encuentra lleva a cabo el diálogo donde se tratan puntos diversos y bastante importantes; uno de esos puntos es saber cómo considera Céfalo la ancianidad. Este responde que la vejez es soportable cuando se han tenido costumbres moderadas,  que si bien lo acompañan algunos deterioros, estos le traen algunas recompensas y satisfacción ya que esto le ha forjado un carácter. Sócrates le dice que posiblemente su vejez es buena porque está influenciada por su riqueza, al mismo tiempo le pregunta si es una riqueza que él haya trabajado o le procedió de alguna herencia. Céfalo responde que su riqueza le da sensatez y que el sensato por sus bienes puede evitar perjuicios e irse sin ningún adeudo, ni a los dioses ni a los hombres.
 
Otro punto que tratan en este diálogo es sobre la amistad, más preciso aun, sobre el amigo. Después de dar cada quien su punto de vista, convergen en que, amigo es aquel que parece ser hombre de bien, o aquellos que lo son realmente aunque no los tengamos como tales.
También se comenta sobre lo que es justo, parten de una máxima que ya regía en Grecia y que no está lejos de la concepción utilitarista de nuestro tiempo; se concebía como justo lo siguiente: “dar a cada quien lo que le corresponde”, pero esta definición a Sócrates no le place, pues él con su agudeza hace flaquear hasta aquellos que están seguros de esta máxima, y lo hace con el siguiente ejemplo: “si alguien, después de haber confiado sus armas a un amigo, se las reclamase habiéndose vuelto loco, todo mundo convienen en que ese amigo no debería devolvérselas, y que si tal hiciera cometería una injusticia. Conviene comúnmente, asimismo, en que estaría mal no disfrazar a los ojos del loco el estado en que se encuentra”.
Estos son algunos puntos sobre este diálogo y quisiera despedirme con una pregunta sobre este último punto. Si la justicia no es dar a cada quien lo que le corresponde y tampoco consiste en decir la verdad, entonces ¿qué es la justicia?


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