La Apología de Sócrates
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PLATÓN |
Esta obra de Platón, creada como una carta de presentación de la figura de Sócrates, es además de antesala de la figura de Sócrates, una manifestación sobre la injusticia a la que fue sometido por parte de los atenienses; ellos sometidos a la vez de manera tendenciosa por los acusadores Melito, Anito y Licón.
Las acusaciones a las que se ve sometido Sócrates, responden al ánimo del pueblo de Atenas que se veía hostigado por Sócrates y sus preguntas, que más que ser muchas, eran muy incomodas, debido a que dejaba a la luz la ignorancia de todo el pueblo.
Es así que surge en Sócrates el método de la mayéutica, que tiene como objetivo claro ayudar a que todos los que están en las tinieblas o en la cueva, como él lo llama, puedan salir a la luz de la verdad, que es la virtud.
Este proceso se ve claramente en este primer libro de los diálogos de Platón, titulado a apología, en otro término hablamos de la defensa.
Todo parte desde la acusación a la cual Sócrates es sometido, como buen filósofo cuestiona por qué se le acusa, ya que él explica que solo ha cuestionado por pura curiosidad, y se reconoce como un ser que “Solo conoce su ignorancia”, y se baja directamente en otro punto que deja en controversia al jurado, la interpretación del Oráculo de Delfos, que afirman que no hay en toda Grecia ningún hombre tan sabio como Sócrates.
Sócrates quiere demostrar lo contrario, y es por ello que inicia a cuestionar a todas las personas que están a su alrededor, y se da cuenta que en verdad no hay nadie tan sabio como él, o mejor dicho, que nadie sabe lo que dice saber.
Pero al refutar sus cargos de manera sorprendente, es donde vemos como aplica su método, vemos como argumenta con claridad y dirección sobre sus acusadores, aquellos que lo han sentenciado por corromper la juventud; y ante el cuestionamiento de Sócrates, sobre la gran preocupación de los acusadores, vemos el silencio, la desesperación y la falta de argumentos sólidos que sostengan la demanda.
Las acusaciones a las que se ve sometido Sócrates, responden al ánimo del pueblo de Atenas que se veía hostigado por Sócrates y sus preguntas, que más que ser muchas, eran muy incomodas, debido a que dejaba a la luz la ignorancia de todo el pueblo.
Es así que surge en Sócrates el método de la mayéutica, que tiene como objetivo claro ayudar a que todos los que están en las tinieblas o en la cueva, como él lo llama, puedan salir a la luz de la verdad, que es la virtud.
Este proceso se ve claramente en este primer libro de los diálogos de Platón, titulado a apología, en otro término hablamos de la defensa.
Todo parte desde la acusación a la cual Sócrates es sometido, como buen filósofo cuestiona por qué se le acusa, ya que él explica que solo ha cuestionado por pura curiosidad, y se reconoce como un ser que “Solo conoce su ignorancia”, y se baja directamente en otro punto que deja en controversia al jurado, la interpretación del Oráculo de Delfos, que afirman que no hay en toda Grecia ningún hombre tan sabio como Sócrates.
Sócrates quiere demostrar lo contrario, y es por ello que inicia a cuestionar a todas las personas que están a su alrededor, y se da cuenta que en verdad no hay nadie tan sabio como él, o mejor dicho, que nadie sabe lo que dice saber.
Pero al refutar sus cargos de manera sorprendente, es donde vemos como aplica su método, vemos como argumenta con claridad y dirección sobre sus acusadores, aquellos que lo han sentenciado por corromper la juventud; y ante el cuestionamiento de Sócrates, sobre la gran preocupación de los acusadores, vemos el silencio, la desesperación y la falta de argumentos sólidos que sostengan la demanda.

Es claro en este texto ver, como el “yo solo sé que no sé nada”, es metódico, para primero del planteamiento del problema, lo analiza, replantea, para generar de ahí una pregunta; esta pregunta no estará sola, no ira como el viento sin quien la detenga, no, al contrario; esa pregunta ira cargada de ironía, que busca violentar, provocar, desestabilizar a su interlocutor; esto generara la duda y por supuesto, generará su objetivo, el error de su contrincante.
Solo cuando el interlocutor se da cuenta que está en el error, podrá clarificar su pensamiento y con ello, habrá avanzado en el terreno de la sabiduría.
Sócrates busca que la gente piense por sí misma, buscando la auto comprensión y la auto corrección. Al final el individuo tiene que salir con más preguntas que respuestas.